Saludos de Reflexiones de fe

Desde el comienzo de la historia, la miel ha estado presente en el ser humano. El sagrado texto de Deuteronomio “tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y de miel” y (Ex. 3:8), nos vincula con uno de los alimentos más generoso creado por Dios que contribuye maravillosamente y generosamente a nuestra salud, y además nos proporciona esa medicina natural que tanto anhelamos para el buen funcionamiento de nuestro organismo.
Me gustaría compartir con ustedes una lectura que llamo mi atención acerca de la historia de la famosa “luna de miel”, que para nosotros es “el viaje que realizamos cuando nos casamos, y que llamamos luna de miel”, aquí comprendí que esa frase surge de algunos lugares de Europa donde “las madres de las esposas acostrumbaban a dejar por la noche de boda en la alcoba nupcial una vasija de miel durante toda una luna”. ¿Saben para qué?, la respuesta es: Para alimentar su sublime y amoroso vínculo matrimonial, ya que, ellas conocían que sus azucares simples proporcionan la energía perdida por esfuerzo de la intimidad.

Podemos apreciar en Las Sagradas Escrituras libros que hacen referencias acerca de la miel, como: Ge. 43:11, Lv. 2:11, Dt. 8:8, 32:13, Jue. 14:8, 1 S14:27, Sal. 19:10; Pr.24:13; 25:27; 27:7; Ez. 27:17; Mt. 3:4. Y los versos de Pr. 16:24 y Cnt. 4:17 la comparan con la belleza espiritual. Vale acotar también, que contribuye a rejuvenecer y dar vitalidad a nuestro cuerpo. ¡Que maravillosa obra de Dios, verdad!

Ahora bien desde los tiempos bíblicos la miel fue utilizada por los egipcios y los asirios. Igualmente los deportistas la consumen antes y después de las competencias para recuperar rápidamente sus fuerzas y energías disminuidas producto de la actividad física. De igual manera, podemos apreciar el poder antioxidante que posee la miel (conjunto de compuestos químicos o procesos biológicos que contrarrestan los efectos nocivos de los oxidantes) que contiene la mayoría de los elementos minerales esenciales, asimismo contiene más de 70 sustancias diferentes necesarias para nuestro organismo. La miel tiene el poder más elevado que la azúcar granulada, carente de minerales y oligoelementos.

      Una cucharada sopera aporta aproximadamente:

CaloríaVitamina B6PotasioManganeso
GlúcidosVitamina B9HierroCloro
FibraVitamina EZincFósforo
Vitamina B2Vitamina KMagnesioAzufre
Vitamina B5CalcioCobreYodo

Ahora bien, sus principales beneficios terapéuticos tiene que ver con:

1- Las afecciones de las vías respiratorias: Calma la tos y estimula la secreción bronquial, ayuda en caso de flema por afecciones pulmonares. Sus resultados expectorantes son maravillosos.

2- Afecciones digestivas: Se dice que es el mejor amigo del estómago, porque mejora la secreción de jugos gástricos, normaliza la acidez. Aumenta el poder digestivo, evita fermentaciones y controla la flora intestinal. La miel de abeja es un excelente remedio para tratar las úlceras cicatrizándolas.

3- Enfermedades del hígado: Ayuda al hígado a eliminar las toxinas de nuestro  organismo y a resistir las infecciones.

4- Enfermedades renales: Ayuda a los riñones a resistir las infecciones renales.

5- Sistema circulatorio: Ayuda en la musculatura cardiaca gracias a la glucosa produciendo una acción energética.

6- Dermatológicamente: Se conoce su efecto antiséptico y cicatrizante, además es un excelente
emoliente de la piel, es antiinflamatorio. Hace que la piel sea más firme y flexible.

7- Enfermedades del sistema nervioso: Desaparece los dolores de cabeza, disminuye le debilidad y el nerviosismo, estrés, y depresión.

Reflexionando sobre la creación de Dios, no podemos dudar de su sabiduría y el profundo amor de Dios para con sus hijos, ofreciendonos y brindándonos la manera natural de mantenernos sanos, rejuvenecidos para vivir en completa paz y armonía con nosotros mismos.

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