On 12:51:00 by Alexis Ochoa Molina   No comments
Saludos de Reflexiones de Fe.

Sansón “pequeño sor”  hijo de Manoa de la tribu de Dan. Comparte la misma fama de muchos de los grandes personajes de Las Sagradas Escrituras, el hecho es que su éxito lo lleva a la pantalla grande del cine por su ya conocida fuerza física tan asombrosa. Aunque su vida se ve ensombrecida por el pecado, hay mucho de esta persona que nos puede ayuda en la vida hoy día.

Después de una larga y oscura apostasía que duraría unos 40 años aprox. En Israel y oprimidos por los Filisteos, llegaría un joven vigoroso, con una fuerza descomunal “Sansón”. Este personaje sin igual, nació bajo circunstancias sorprendentes: “Y el ángel de Jehovah se apareció a la mujer y le dijo: “He aquí que tú eres estéril y no has dado a luz, pero concebirás y darás a luz un hijo” (Jueces 12:3). Las Sagradas Escrituras nos dice que Sara (madre de Isaac), Rebeca (madre de Jacob y Esaú), Raquel (madre de José y Benjamín), Ana (madre de Samuel), y Elisabet (madre de Juan el Bautista) también fueron estériles (Génesis 16:1-2; 17:15-19; 25:21; 30:1-2; 1 Samuel 1:2-20; Lucas 1:7). Y los nacimientos de Isaac, Sansón, Juan Bautista y Jesús fueron anunciados por el ángel de Jehovah, cabe entonces la pregunta ¿Quién es la madre de Sansón? No lo sabemos, las Sagradas Escrituras no lo revelan. Sin embargo, el haber nacido en estas circunstancias, de una mujer estéril y anunciado por un ángel (Jue. 13:3) como nacieron otros. Él venía con una misión “salvar a Israel de los filisteos” como lo indica (Jue. 13:5), apartado como nazareo, que significa apartado para Dios.

Con estos antecedentes nos haría pensar que nuestro personaje iba a ser un héroe santo y exitoso en la vida. En Sansón podemos apreciar su valentía, peleó con uno de los pueblos más poderoso en contra de los israelitas (Jue. 15) así como con las bestias (Jue.14:5). Fue un hombre espiritual (13:25; 15:14), fue infantil en sus planes (15:4), sacrificado (16:23-31) y quizás el hombre más fuerte de la tierra, (16:3, 9, 12, 14).

Reflexionando sobre este personaje, puedo decir que existen hombres que vienen a esta tierra para cambiarlo, para hacer el bien y protegerlo. Hombres de Dios que en momentos de oscuridad siempre hará brillar la luz de Cristo. Los hombres valientes guerrean y libran batallas convirtiéndose en héroes porque van a la guerra no para matar vidas sino para salvarlas.

Hoy día libramos batallas que no nos conducen a nada, batallas contra nuestro egoísmo, arrogancia, amargura, timidez, miedo.  Batallas contra  los enemigos de nuestra paz, de nuestra salud y de nuestra felicidad. Así como también, debemos batallar contra el enemigo de la justicia que a cada momento nos da lucha (Ef. 6.12-13).

“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. 13Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.”[1]

Quien va a la guerra, no puede ser una persona miedosa, conformista, cómoda, entre otros. Por el contrario debemos ser personas de fe, que podamos tomar riesgos y asumirlos con carácter y responsabilidad ante los eventos que se nos puedan presentar en la vida. Conociendo de frente al enemigo de la justicia, que siempre está dispuesto a quitarnos nuestra paz, nuestras bendiciones y goza en hacernos sentir poca cosa, conociéndolo, luchamos contra él y vencemos en el nombre Poderoso de Jesús. Con su Preciosa Sangre nos cubrimos para la batalla que vencemos como hijos de Dios, Fortalecidos cada día en oración y reconociendo que somos imitadores de Jesús, ganamos la batalla.

¿Qué clase de poder te gustaría tener en la vida real?, ¿así como sansón? Y si lo tuvieras, en que situación especifica te gustaría ser invencible.

Sansón desarrollo todas sus potencialidades y fue más haya, amplió toda una dimensión espiritual porque supo que sus dones y su fuerza provenían de lo Alto (Jue 16.28); (Jue 16.28) “Entonces clamó Sansón a Jehová, y dijo: Señor Jehová, acuérdate ahora de mí, y fortaléceme”[2]; (Jue 15.14) “pero el Espíritu de Jehová vino sobre él, y las cuerdas que estaban en sus brazos se volvieron como lino quemado con fuego, y las ataduras se cayeron de sus manos.”[3]; (Jue 15.18) “Y teniendo gran sed, clamó luego a Jehová, y dijo: Tú has dado esta grande salvación por mano de tu siervo.”[4] Sobre esa base, Sansón convirtió lo humano en ser lleno de confianza en sí  mismo y dueño de su destino “Y él juzgó a Israel veinte años”.

Nosotros al igual que Sansón contamos con superpoderes  para ser héroes hoy,  pues como hijos de Dios tenemos dentro de nosotros mismos un poder que nos capacita para vencer al mundo (1 Juan 4:4;5:4) "Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe". Además contamos con la Armadura Espiritual, convertida en EL YELMO DE LA SALVACIÓN, LA CORAZA DE JUSTICIA, EL CINTURÓN DE LA VERDAD, EL ESCUDO DE LA FE, LA ESPADA DEL ESPÍRITU Y EL CALZADO, EL EVANGELIO DE LA PAZ.  Amén, para vencer.


[1]Reina Valera Revisada (1960). 1998 (Ef 6.12-13). Miami: Sociedades Bıblicas Unidas.
[2]Reina Valera Revisada (1960). 1998 (Jue 16.28). Miami: Sociedades Bıblicas Unidas.
[3]Reina Valera Revisada (1960). 1998 (Jue 15.14). Miami: Sociedades Bıblicas Unidas.
[4]Reina Valera Revisada (1960). 1998 (Jue 15.18). Miami: Sociedades Bıblicas Unidas.


"Primeramente encomiendo mi espíritu en las manos de mi Señor Jesucristo, el cual de la nada lo crió, y por su preciosísima sangre lo redimió."

 Isabel la Católica


Saludos de Reflexiones de fe

Desde el comienzo de la historia, la miel ha estado presente en el ser humano. El sagrado texto de Deuteronomio “tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y de miel” y (Ex. 3:8), nos vincula con uno de los alimentos más generoso creado por Dios que contribuye maravillosamente y generosamente a nuestra salud, y además nos proporciona esa medicina natural que tanto anhelamos para el buen funcionamiento de nuestro organismo.