La Biblia y el higo

Saludos de Reflexiones de fe.

La higuera es un árbol maravilloso, da un fruto extraordinario, el higo, la planta bien cultivada puede crecer hasta 9 metros, sus hojas aparecen al final de la primavera y en el invierno es posible que sus hojas ya no estén en sus ramas. Dice la biblia que Dios le daría una buena tierra a su pueblo según Deuteronomio 8:8.9 “tierra de trigo, de cebada, de vides, de higueras y de granados, tierra de aceite de olivos ricos en aceite y miel...” Y en Jueces 9:10 lo siguiente: "Y dijeron los árboles a la higuera: Anda tú, reina sobre nosotros ". Sobre este particular, se dieron cuenta los espías de Moisés en Números 13:20-23, los frutos eran de hermoso y gran tamaño.

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Renovación del alma

Saludos de Reflexiones de fe.

Hoy día, como difusores e hijos de Dios, por lo tanto de luz, debemos predominar en medio de tanta oscuridad que nos rodea. La codicia, los homicidios, la injusticia, la falta de ética y moral, la moda, las propagandas, el contenido de algunas canciones, costumbres y hasta planes de gobierno, entre otros, son factores que núblese el comportamiento humano.

Tan solo en Dios encontramos esa luz que da esperanza a todo aquel que la ha perdido consciente o inconscientemente.

Recordemos que la luz es la que disipa la oscuridad. La idea es iluminar con nuestras buenas acciones y con nuestro estilo de vida a todo aquel, con los cuales compartimos en nuestro diario vivir.

Dios nos enseña a que no solo debemos de iluminar nuestra casa, sino también al mundo, Dios es la luz que transformó mi vida y me liberó de toda opresión, por lo tanto, debo anunciar este mensaje para que otros no vivan en la oscuridad. La renovación es un paso importante que nos permite mantener la luz de nuestra lámpara encendida en medio de la oscuridad.

Sobre este particular, La Biblia dice en el libro de Romanos 12:1-2 “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis con este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”

No permitas que se apague tu luz, renovémonos incrementando nuestro desarrollo espiritual, debemos comprender que es un proceso continúo de acercamiento a las enseñanzas que nos dejó Cristo Jesús. Alleguémonos siempre, es decir, debemos de llenar la lámpara con aceite para que no se agote, y poder así, dar una luz duradera y estable en medio de las tinieblas.

En el lugar santo del tabernáculo con el propósito de que Dios habitará entre su pueblo, les ordenó, que debía de estar presentes tres enceres: la mesa de los panes, un candelabro y un altar de incienso.

El candelabro debía dar luz al lugar santo todas las noches, y para ello, debían de verter aceite, aceite de puro de oliva. Núm. 27:20-21; 30:7-8.

Cuando encendemos una vela, la misma produce cierta cantidad de luz, para ello, necesitamos de un medio para permanecer encendida. El aceite era usado como combustible para el candelabro y todas las lámparas de la época.

Entonces en esa época, la lámpara que tenía un borde prominente se llenaba de aceite de olivo, y se le colocaba una mecha de lino o cáñamo. ¿Para qué?, para producir una llama estable y muy luminosa hasta que se terminara el mismo.

Por lo tanto, el aceite representa para el cristiano un símbolo de renovación y transformación personal, un cambio y estilo de vida que nos ayuda a edificar nuestro espíritu.

Que Dios Todopoderoso incremente las bendiciones sobre todos nosotros.

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