On 15:01:00 by Alexis Ochoa Molina in , , ,    No comments
Saludos de Reflexiones de Fe

Deuteronomio 11:11-12

La tierra a la cual pasáis para tomarla es tierra de montes y de vegas, que bebe las aguas de la lluvia del cielo; tierra de la cual Jehová tu Dios cuida; siempre están sobre ella los ojos de Jehová tu Dios, desde el principio del año hasta el fin.




Cuantas veces en nuestra quehacer de la vida no hemos confiado en la opinión de un mecánico a la hora de un desperfecto en nuestro carro, o hemos confiado en la palabra de una persona que nos afirma de lo excelente que puede ser una guardería para nuestro niño, confiar en un terapeuta que nos dice que tenemos problemas serios, y aun más increíble, hemos confiado en el diagnostico de un doctor acerca de alguna enfermedad que no padecemos, dejando que nos coloque en una mesa de operación. Es así como vivimos confiando a ciegas, en la búsqueda de tranquilidad y seguridad para no sentirnos frustrados.

Cada nuevo año se deslumbran diferentes caminos, de los cuales muchos son inciertos, siempre con la esperanza de que todo transcurra en lo posible felizmente y sin ninguna clase de tropiezos.

Todos nosotros como lo indica Dt. 11:11-12 entramos hacia tierras en donde encontramos montes muy alto y caminos llanos, o muy rocosos llenos de espinos o  de claveles, la vida se vuelve hermosa, también puede tornarse áspera y tortuosa,  en alguno de los casos llagamos a estar entre la vida y la muerte.

Sin embargo, en la tierra existe uno que tiene su mirada puesta en ella, la observa y la manda a regar para que siempre se mantenga linda y hermosa, ¿Cómo no confiar en Dios que riega y sabe todos los caminos? Él la ha creado, y ¿Cómo no confiar en Él? que es fiel esta la muerte y se dio así mismo para darnos vida,  vida en abundancia, Él observa desde lo alto y nos puede confortar el alma y guiar por sendas de justicia Sal. 23:3, su vara y su cayado nos infundirán aliento Sal 23:4, en esta truncada vida.

Ruego que este nuevo año 2012, nuestro Bendito Señor Jesucristo, Rey del universo, que nos ha preservado y permitido llegar hasta este momento, nos cubra con sus más ricas bendiciones, nos proteja, nos prospere en lo espiritual, en la salud, con la familia, en lo económico y nos conceda los deseos de nuestro corazón.

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