Soy Cristiano…

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Policarpo de Esmirna, fue temerario y valiente quizás más o igual que Ignacio, se cree  que vivió por el año c. 70 y muere quemado aproximadamente  c. 155 a los ochenta y seis de edad sirviéndole al Señor, fue obispo de Esmirna en la actual Turquía. Fue un fiel reflejo de las enseñanzas apostólicas, por  eso, se dice que fue discípulo de Juan Evangelista, y entre sus discípulos que sentían gran admiración por él, se encontraban Irineo y Papías.

En su época estaban presente los las políticas de Trajeno, no se les perseguía pero si, eran identificados se les condenaba a la muerte si no adoraban a los dioses romanos, del mismo Policarpo sólo se conserva una carta a la cristiandad de Filipos: está escrita en un estilo sencillo y sobrio, y se reduce a una serie de mansedumbres exhortaciones, de orden moral.

Después de un tiempo Policarpo y su congregación comienzan a sufrir persecución, Policarpo comienza a huir y después de tanta tragedia decide entregarse, según Justo González lo expresa de la siguiente manera:

 El procónsul repitió: "Jura por el César y te dejaré libre; reniega de Cristo". "Durante ochenta y seis años he servido a Cristo, y nunca me ha hecho ningún mal. ¿Cómo quieres que reniegue de mi Dios y Salvador? Si lo que deseas es que jure por el César, he aquí mi respuesta: Soy cristiano.

Ante la firmeza del anciano, el juez ordenó que Policarpo fuera quemado vivo, y todo el populacho salió a buscar ramas para preparar la hoguera.

Atado ya en medio de la hoguera, y cuando estaban a punto de encender el fuego, Policarpo elevó la mirada al cielo y oró en voz alta:

Señor Dios soberano [...] te doy gracias, porque me has tenido por digno de este momento, para que, junto a tus mártires, yo pueda tener parte en el cáliz de Cristo. [...] Por ello [...] te bendigo y te glorifico. [...] Amén.

Así entregó la vida aquel anciano obispo a quien años antes, cuando todavía era joven, el anciano Ignacio había dado consejos acerca de su labor pastoral y ejemplo de firmeza en medio de la persecución.

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No es necesario en mi reflexión de acudir a nombre Bíblicos para  encontrar en Policarpo  valor, coraje,  amor, fe, humildad y por sobre todo, él nunca dudó de quien había creído, creyo en el autor y consumador de la vida Cristo Jesús. Fue un gigante de la fe cristiana y representa una de las bases vivientes del mensaje de los apóstoles.

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^[1]González, Justo L.: Historia Del Cristianismo : Tomo 1. Miami, Fla. : Editorial Unilit, 2003, S. 1:62