La esencia del pensamiento cristiano proviene de la confrontación del pensamiento no cristiano. En un proceso en el cual trata de armonizar y superar nuevas verdades (a las que el mundo dice que son verdades), en un proceso crítico y constructivo. Se inspira y se mantiene gracias a la convicción básica de sus principio “y que la verdad puede venir de muchas fuentes, pero que en principio toda la verdad pertenece a Dios”1.
El anhelo de Qohélet, fue el conocimiento de la verdad, y por ello, se inclinó a la investigación, y que a mi parecer el libro de Eclesiastés se distingue como el más importante dentro de su género que contiene las Sagradas Escrituras por su rico mensaje, y el fino arte que caracterizo la poesía hebrea de la época. Resulta fascinante sus rasgos estilísticos, y el ejemplo más maravilloso es el famoso poema del tiempo “Todo tiene su momento; hay un tiempo para todo lo que se hace debajo del cielo" (Ec. 3:1 NVI) ¡fascinante!
En el podemos ver como Qohélet reflexiona acerca de la vida y de la sabiduría, hacia un conocimiento de la verdad, dando reflexiones para lograr una vida “de éxito, prosperidad, buena salud, largos años, buena fama y felicidad”2. “Y dediqué mi corazón a conocer la sabiduría, y también a entender las locuras y los desvaríos; conocí que aun esto era aflicción de espíritu..." (Ec 1.17-18 VRV). Qohélet amplia su campo de reflexión tanto en lo teórico como en lo práctico (Ec. 2:1) para dejarnos todo un tratado de enseñanzas acerca del arte de cómo vivir, buscando todo una ordenanza y pretendiendo dar respuestas básicas en el orden de lo humano.
De ahí que, vivir….el arte de vivir que genera todo una forma de conciencia social e individual, requiere ser pensado. Qohélet se ocupó a eso de la Gnoseología, o al acto cognoscitivo de acceder más o menos en sentido preciso a la realidad (Conocimiento).
El problema del conocimiento ha sido serio, no se ha llegado a un absoluto conocimiento de la realidad (por eso de que nadie por sí sólo puede alcanzar la verdad por completo) algo que ya Qohélet lo había intuido. Por ello, su poema se muestra un poco pesimista diciendo que lo que le queda al hombre, es beber, comer y disfrutar de las cosas que Dios le ha dado.
Si algo debemos tener presente es que la fe cristiana, se legitima ante la verdad por medio del conocimiento de la doctrina o contenido de la fe.
Hoy día, testificar de la obra de Cristo en nuestra vida es más difícil, por los exigentes argumentos que exigen la razón, sumado al hecho de los tantos intentos del hombre por un futuro mejor (y que han fracasado). Por ello debemos reflexionar, indagar, o acercarnos de manera mas precisa a las verdades teológicas de la vida para afrontar de algún modo todos los desafíos que se puedan presentar ante la duda de nuestra fe. La verdad, es que Dios se nos ha revelado, de ahí que debemos ocuparnos por ser personas (cognoscente) que aprehendamos a conocer lo que define realmente nuestra fe en Cristo Jesús.
Qohélet termina de deslindar su discurso de belleza literaria dando una recomendación magistral, y dice que nos recordemos del Creador en los días de nuestra juventud (Ec. 11:9-12:8), ya que los años nos van quitando sin cesar posibilidades de gozar una buena vida, por lo que no es prudente acudir a Dios ya cuando es demasiado tarde.
El solo hecho de existir, motiva a adquirir conocimiento, para canalizar las preocupaciones del quehacer diario, para saber elegir aquello que nos gusta y le agrada a Dios y alcanzar ser personas integras que hemos creído en un Dios vivo que nos mostró su amor por medio de su Hijo para que vivamos responsablemente.
1J.V. Langmead Casserley, La retirada del Cristianismo en el Mundo Moderno (1953), p 162
2Williams, G. (1986). Estudios Bıblicos ELA: La vida, la muerte y el amor (Eclesiastés y Cantares) (7). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.
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